Para el pueblo Embera Katío en el Chocó, Caragabí es el dios creador del mundo y el que les dió el agua. Al principio, el mundo de Caragabí no tenía agua y después de buscar sin éxito, Caragabí se encontró con una mujer llamada Gentserá, quien parecía haberse bañado. Caragabí le preguntó dónde había conseguido agua y ella lo engañó.
Al notar la mentira, Caragabí decidió seguirla y vio que traspasaba el gran árbol Jenené por una puerta transparente. Al acercarse a la puerta, el dios vio grandes pozos de agua cristalina. Caragabí le pidió agua a Gentserá pero ella se negó, por lo que el dios la castigó, convirtiéndola en una hormiga.
Después, Caragabí intentó tumbar el Jenené muchas veces sin lograrlo. Le pidió a los Embera Katío que usaran sus hachas más poderosas y ellos tampoco pudieron derribarlo. Finalmente, Caragabí juntó a las ardillas y monos para desatar a Jenené de los bejucos que lo sostenían y así el árbol cayó.
Del tronco caído de Jenené se crearon los océanos Pacífico y Atlántico, de sus ramas grandes los ríos Atrato y San Juan y de las más pequeñas surgieron los arroyos, ciénagas y lagos.
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For the Embera Katío people in the Chocó department, Caragabí is the god who created the world and gave them water. At first, Caragabí’s world had no water and after searching without success, Caragabí met a woman named Gentserá, who seemed to have bathed. Caragabí asked her where she had gotten water and she deceived him.
Noticing the lie, Caragabí decided to follow her and saw that she was passing through the great Jenené tree through a transparent door. As he approached the door, the god saw large pools of crystal clear water. Caragabí asked Gentserá for water but she refused, so the god punished her, turning her into an ant.
Afterwards, Caragabí tried to knock down the Jenené many times without success. He asked the Embera Katío to use their most powerful axes and they could not bring it down either. Finally, Caragabí gathered the squirrels and monkeys to untie Jenené from the vines that held him and the tree finally fell.
The Pacific and Atlantic oceans were created from Jenené’s fallen trunk, its large branches became the Atrato and San Juan rivers, and the smaller ones turned into streams, marshes and lakes.